Documento de Identificación Caballeroso
Si un caballo nacido para ser salvaje
escapa de la finca moqueando
en el velatorio de su amiga.
Perdón: Son solo mocos.
Perdoné de forma tibia,
peroné empujando a tibia,
anoréxica al galope de su propia sombra.
Si un caballo nacido para ser salvaje
escapa en el velatorio de su amiga,
a Francia, por las montañas,
sabrán quién pagó por su secreto.
Dicen que es su amo el que paga
cuando hay dignidad.
En la frontera le llaman extranjero.
Los guardianes compran la yegua
porque no hay dignidad.
Tanto sisi como sino,
quedará el secreto escondido
entre el balar de las ovejas y los cencerros,
en los mocos secos de la yegua no llamada a testificar.
En el lomo rancio al que sube una niñita:
Mi mi, mírame, ¡papá!
Vuelve el bolsillo del amo al volumen habitual.
Balido espontáneo.
Contrapunto.
Que ni distrae ni asusta
a los buitres que se han venido a alimentar.
Se sortean la bilis encharcada en rigor,
expulsándose a sí misma a borbotones
golpea la yegua
reverbera en la tierra
tirón a tirón de cremallera
el secreto.
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